Hidratar setas es una labor fundamental para volver a conseguir un mayor potencial de las setas deshidratadas y conservadas herméticamente durante un largo periodo de tiempo. El cultivo de panes de setas requiere de una serie de cuidados básicos, así como del empleo de diferentes herramientas y accesorios para conseguir una cosecha abundante y de gran calidad. La temperatura, la humedad relativa, así como la oxigenación y la luz que reciben los ejemplares son algunos de los factores más importantes para conseguir unas setas frescas de gran calidad.
Pero el trabajo no termina en el momento de la recolección, sino que después, tanto para estudio micológico como para almacenar el material durante meses, es conveniente realizar un proceso de secado que elimine el contenido de agua y humedad y, por ende, seque las setas. Para saber que están correctamente deshidratadas, se puede comprobar fácilmente por su tallo, el cual debe romperse y no doblarse.
Cabe destacar que Pan de Setas no incita al consumo de setas alucinógenas, sino que expone diferentes consejos como la manera de hidratar setas secas, enfocados a la realización de diferentes estudios micológicos. Del mismo modo, este proceso de hidratación que se explica a continuación también incluye otros tipos de setas comestibles no psicoactivas, ideales para ser utilizadas en recetas culinarias como sopas, guisos, arroces o tortillas, entre otros platos.
¿Qué son las setas deshidratadas?
Las setas secas, también conocidas como deshidratadas o liofilizadas (proceso más complejo que requiere de ultracongelación con nitrógeno líquido), se obtienen mediante un proceso de deshidratación, posterior a la recolección de las mismas. Esta labor permite conservar las setas cosechadas durante un largo periodo de tiempo, reduciendo su volumen y preservando sus principales propiedades organolépticas y psicoactivas. Una gran diferencia entre las setas secas y frescas se encuentra en el peso, puesto que 1 gramo de las primeras corresponde a 10 gramos de las segundas.
El secado de las setas alucinógenas se debe realizar en un lugar oscuro, fresco y con una mínima aireación, donde la temperatura se aproxime a 20 ºC y la humedad relativa sea baja. Se deben colocar en una bandeja totalmente esparcidas sin que se toquen entre ellas, colocando debajo una servilleta que sirva para absorber la humedad. Tras unos 7-10 días, las setas estarán completamente secas para conservar y para efectuar la investigación micológica prevista. El almacenamiento de estos hongos alucinógenos se puede realizar en envases herméticos o en bolsas para envasar al vacío, método que permite guardarlas en el frigorífico.
Hidratar setas: pasos a seguir
La hidratación de setas secas es un proceso fácil de realizar, para el cual tan solo se necesita una olla para hervir agua, un recipiente y un colador. A continuación, se detallan los pasos a seguir para realizar esta labor de manera rápida, segura y sencilla.
Depositar las setas secas en agua tibia
Antes de comenzar con la hidratación de las setas, es conveniente atender al estado de las mismas para comprobar si están excesivamente sucias. Si fuera este el caso, se pueden enjuagar con suavidad en agua fría y utilizando un colador, pero normalmente las setas secas han sido limpiadas antes del proceso de deshidratación.
Respecto al agua que se debe utilizar, recomendamos que se encuentre a temperatura ambiente o tibia, para que la hidratación se lleve a cabo de manera gradual. Además, también es necesario que sea agua potable, preferiblemente embotellada o filtrada. Si pretende que el proceso sea más rápido, puede utilizar agua caliente, manteniendo una proporción de 4 tazas de agua por 1 de setas.
Dejar hidratar las setas durante una hora
Una vez el agua está depositada en el recipiente, se deben añadir las setas secas para que comience el proceso de hidratación, para el cual se debe tapar y dejar hidratar durante al menos una hora. Después de este tiempo, se deben depositar las setas en un colador para que suelte todo el líquido, el cual después se puede utilizar en diferentes platos culinarios como caldos o sopas.
Tras este proceso, las setas habrán aumentado su tamaño al mismo nivel de cuando estaban frescas, mientras que su textura será blanda y no áspera y rígida. No obstante, también se pueden utilizar otros líquidos para hidratar las setas, como pueden ser leche (ideal para hacer croquetas o risotto), vino o té. Además, en recetas culinarias también se pueden utilizar las setas secas como aditivo, sirviendo totalmente desmenuzada como especias, harina o sal.
Por todo ello, las setas secas que se destinan a la cocina no son peores que las que se encuentran frescas, puesto que en algunos casos pueden mejorar el sabor debido a su concentración durante la conservación. Asimismo, después de explicar el método para rehidratar este tipo de setas, cabe poner en valor las múltiples posibilidades que ofrece la conservación de estos hongos, tanto para realizar estudios micológicos de especies que contienen componentes psicoactivos, como para disfrutar de otras variedades comestibles en épocas del año donde no se pueden adquirir de manera silvestre.