Los hongos mágicos, también conocidos como setas mágicas o setas de la risa, han sido utilizados durante siglos en rituales y prácticas espirituales por sus efectos psicodélicos. En la actualidad, su uso recreativo y terapéutico ha generado un creciente interés, pero también preocupaciones sobre su potencial adictivo. ¿De verdad los hongos mágicos son adictivos? En el siguiente post vamos a ver si los hongos mágicos pueden generar adicción, y abordaremos temas como la tolerancia, la dependencia psicológica y los intervalos recomendados entre consumos para minimizar riesgos.
¿Qué son los hongos mágicos?
Los hongos mágicos son un tipo de hongo que contiene compuestos psicoactivos, principalmente psilocibina y psilocina. Estas sustancias son responsables de sus efectos alucinógenos. A menudo se les llama setas mágicas o setas de la risa, términos que se refieren al mismo tipo de hongo. La psilocibina, una vez ingerida, se transforma en psilocina en el cuerpo, que es el químico que termina afectando al sistema nervioso central.
Estos compuestos actúan principalmente sobre los receptores de serotonina en el cerebro, específicamente en el receptor 5-HT2A. Esto altera la percepción, el estado de ánimo y la cognición, lo que puede dar lugar a experiencias sensoriales y cognitivas muy intensas. Los efectos más habituales suelen ser alucinaciones visuales, cambios en la percepción del tiempo, euforia y, en algunos casos, introspección profunda. A diferencia de otras sustancias, los hongos mágicos no suelen causar efectos estimulantes o depresores intensos, lo que los diferencia de drogas como la cocaína o el alcohol. Tampoco suelen provocar “resaca” o el bajón posterior asociado a la mayoría de las drogas.
Qué se considera adicción
La adicción es un trastorno crónico caracterizado por la búsqueda y el uso compulsivo de una sustancia, a pesar de sus consecuencias negativas. Se basa en dos componentes principales: la dependencia física y la dependencia psicológica. Aquí surge otra vez la duda: ¿los hongos mágicos son adictivos en alguna de estas dos formas? La dependencia física provoca síntomas de abstinencia cuando se deja de consumir, mientras que la dependencia psicológica se relaciona con el deseo intenso de usar la sustancia.
A nivel neurobiológico, la adicción está vinculada a la liberación de dopamina en el sistema de recompensa del cerebro. Las sustancias adictivas, como el alcohol o los opioides, estimulan este sistema de manera intensa, lo que refuerza el comportamiento de consumo. Sin embargo, no todas las sustancias que afectan al cerebro son adictivas. Por ejemplo, los antidepresivos actúan sobre los neurotransmisores pero no generan adicción.
¿Qué hace que una sustancia sea adictiva?
Una sustancia se considera adictiva cuando cumple con ciertos criterios: capacidad para generar dependencia física, desarrollo de tolerancia (necesidad de aumentar la dosis para lograr el mismo efecto) y síntomas de abstinencia al dejar de consumirla. Además, las sustancias adictivas suelen activar fuertemente el sistema de recompensa del cerebro, lo que lleva a un uso compulsivo.
Por ejemplo, la nicotina en los cigarrillos o la cocaína son sustancias altamente adictivas porque estimulan la liberación de dopamina de manera rápida e intensa, creando un ciclo de recompensa y refuerzo. En cambio, sustancias como los hongos mágicos no activan este sistema de la misma manera, lo que explica por qué no son considerados adictivos. Por lo tanto, si nos preguntamos si los hongos mágicos son adictivos, la respuesta corta sería no.
¿Son los hongos mágicos adictivos?
Los estudios coinciden: los hongos mágicos no son adictivos según los criterios tradicionales. A diferencia de drogas como la cocaína o la heroína, no generan dependencia física ni provocan síntomas de abstinencia serios. Además, no activan el sistema de recompensa de la misma manera que las sustancias adictivas.
Muchas personas creen que los hongos mágicos son adictivos simplemente porque son sustancias psicoactivas, pero no es así. Aunque existen muchos tipos de hongos mágicos, como el Amanita muscaria (legal en algunos lugares) y los que contienen psilocibina (en un área gris legal), ninguno de ellos ha demostrado ser adictivo en estudios científicos. Su uso recreativo es generalmente seguro en términos de dependencia, aunque no están exentos de riesgos psicológicos. Por ejemplo, en personas con predisposición a trastornos mentales, el uso de hongos mágicos puede desencadenar episodios de ansiedad o paranoia.
¿Pueden provocar dependencia? ¿Y tolerancia?
Los hongos mágicos no suelen causar dependencia física. Sin embargo, en algunos casos, pueden generar una leve dependencia psicológica, especialmente en personas que buscan escapar de la realidad o experimentar estados alterados de conciencia de manera frecuente. Esta dependencia no es comparable a la que producen sustancias como el alcohol o los opioides, pero puede ser problemática si interfiere con la vida diaria.
En cuanto a la tolerancia, esta se desarrolla rápidamente con el uso repetido de hongos mágicos. Si se consumen varios días seguidos, los efectos disminuyen notablemente, lo que desincentiva su uso continuo. Por esta razón, los usuarios suelen esperar semanas entre cada consumo para recuperar la sensibilidad a la psilocibina. Este fenómeno de tolerancia rápida es una de las razones por las que los hongos mágicos no suelen ser consumidos de manera compulsiva.
Síntomas de la adicción psicológica
Aunque los hongos mágicos no son físicamente adictivos, en casos raros pueden generar una dependencia psicológica. Los síntomas incluyen un deseo intenso de consumirlos, dificultad para controlar su uso y priorizar su consumo sobre otras actividades. Sin embargo, estos casos son poco comunes y suelen estar relacionados con problemas de salud mental subyacentes, como depresión o ansiedad.
Es importante destacar que la dependencia psicológica no es lo mismo que la adicción física. Mientras que la adicción física implica cambios biológicos en el cuerpo, la dependencia psicológica está más relacionada con el comportamiento y las emociones. En el caso de los hongos mágicos, esta dependencia es leve y puede manejarse con apoyo psicológico.
Abstinencia de hongos alucinógenos
A diferencia de las sustancias adictivas, los hongos mágicos no provocan síntomas de abstinencia física. Sin embargo, algunas personas pueden experimentar ansiedad, irritabilidad o cambios de humor después de un uso intenso, especialmente si lo utilizan como escape emocional. Estos síntomas son leves y temporales, y no se comparan con los síndromes de abstinencia asociados a drogas como los opioides o el alcohol.
En algunos casos, los usuarios pueden sentir una especie de «resaca emocional» después de una experiencia intensa con hongos mágicos. Esto puede provocar un poco de fatiga mental o dificultad para procesar la experiencia, pero no es lo mismo que una abstinencia.
Efectos deseados de las setas alucinógenas
Los efectos deseados de los hongos mágicos son alucinaciones visuales, sensación de conexión con el entorno, introspección profunda y euforia. Muchos usuarios los consumen por su potencial para facilitar experiencias espirituales o terapéuticas, especialmente en el tratamiento de trastornos como la depresión o la ansiedad. Estas experiencias han podido alimentar el mito de que los hongos mágicos son adictivos, cuando en realidad lo que ocurre es que algunas personas quieren repetir experiencias intensas, no porque no puedan parar, sino porque les resultan fascinantes.
En contextos controlados, los hongos mágicos han demostrado ser prometedores en el tratamiento de condiciones como el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y la depresión resistente al tratamiento. Estos efectos terapéuticos se deben en parte a su capacidad para «resetear» ciertas redes cerebrales y promover la neuroplasticidad.
¿Qué intervalo de tiempo debe pasar si se consumen hongos repetidamente?
Debido a la rápida tolerancia que generan, se recomienda esperar al menos una o dos semanas entre cada consumo. Esto permite que el cerebro se recupere y que los efectos sean más intensos y vívidos en la siguiente experiencia. Consumir hongos mágicos con demasiada frecuencia no solo reduce sus efectos, sino que también aumenta el riesgo de experiencias negativas, como ansiedad o paranoia.
Algunos expertos sugieren esperar incluso más tiempo, especialmente si se busca una experiencia profunda o terapéutica. Esto se debe a que el viaje interior que provocan los hongos mágicos pueden tener cierto impacto emocional, y es importante, y recomendable, dar tiempo al cerebro y a la mente para procesar la experiencia.
¿Cuál es la dosis adecuada?
La dosis adecuada depende del tipo de hongo, la experiencia del usuario y el contexto en el que se consuma. En general, una dosis baja oscila entre 0.5 y 1 gramo de hongos secos (microdosis), mientras que una dosis moderada es de 1 a 2.5 gramos. Dosis más altas (3 gramos o más) pueden producir experiencias intensas y sobrecogedoras, especialmente para usuarios inexpertos.
Es importante tener en cuenta que los efectos de los hongos mágicos pueden variar mucho según la persona y el entorno. Un entorno seguro y una mentalidad positiva son clave para reducir el riesgo de experiencias negativas y malos viajes.
¿Cuándo el consumo se considera abuso?
El consumo de hongos mágicos se considera abuso cuando se utiliza de manera frecuente, en dosis elevadas o en contextos inapropiados. También puede ser problemático si interfiere con la vida diaria, las relaciones personales o la salud mental. Aunque no son adictivos, su uso irresponsable puede tener consecuencias negativas, como episodios de ansiedad, paranoia o incluso trastornos psicóticos en personas predispuestas.
El abuso también puede ocurrir cuando se utilizan hongos mágicos como una forma de evadir problemas emocionales o psicológicos, en lugar de abordarlos de manera constructiva. En estos casos, es importante buscar ayuda profesional. Aunque el abuso puede darse, eso no significa que automáticamente los hongos mágicos son adictivos. En cualquier caso, el abuso no implica adicción, igual que tomar pastillas para dormir de forma frecuente no significa necesariamente ser adicto a ellas.
Entonces, ¿los hongos mágicos son adictivos? No en el sentido médico o clínico de la palabra, pero su uso debe ser responsable y consciente. Su potencial terapéutico es prometedor, pero siempre es importante abordar su consumo con respeto y precaución. Si se utilizan de manera adecuada, pueden ofrecer experiencias transformadoras y beneficios para la salud mental.