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Trufas Hollandia: entre las más potentes
Las trufas Hollandia se han creado en laboratorios holandeses para potenciar su concentración en psilocibina. La psilocibina es una sustancia química que altera los receptores de la serotonina en la corteza prefrontal. Se conoce como alucinógeno aunque realmente no provoca alucinaciones auditivas ni visuales, sino que distorsiona la percepción del entorno. La concentración de este químico en las trufas Hollandia tiene una puntuación de 4 sobre 5, según la mayoría de las escalas científicas, por lo tanto, su efecto es más fuerte que la mayoría de las variedades.
Las trufas mágicas también se conocen como “piedras filosofales”, pero desde el punto de vista científico son esclerocios. Son subterráneas y se desarrollan debajo de ciertos tipos de setas. Aunque llevan siglos usándose, no fue hasta 1978 que comenzaron a cultivarse, gracias al micólogo Paul Stamets.
Cómo actúan
Todas las trufas mágicas contienen una sustancia química natural llamada psilocibina, un neurotransmisor que tiene efectos psicodélicos en el cerebro. porque altera los receptores de la serotonina en la corteza prefrontal. Se conoce como alucinógeno aunque realmente no provoca alucinaciones auditivas ni visuales activas, sino que distorsiona la percepción del entorno. Su consumo es ilegal en España.
Estas trufas no son aptas para el consumo humano y se comercializan exclusivamente para uso ornamental o estudios micológicos. No obstante, en el caso de consumirse accidentalmente, se pueden experimentar los siguientes efectos:
- Alteración de la conciencia.
- Distorsiones visuales intensas.
- Pensamiento creativo.
- Introspección y tendencia a las reflexiones existenciales.
Estos efectos se empiezan a percibir a los 30 minutos a partir de la ingesta y se puede prolongar entre 4 y 6 horas.
Consejos de conservación
Las trufas Hollandia se venden envasadas al vacío. Se deben conservar en el frigorífico donde pueden mantenerse entre 2 y 3 meses. Una vez abierto el paquete, se deben usar en los siguientes 3 días, antes de que pierdan sus propiedades. También se pueden secar para deshidratarlas y guardarlas en un recipiente hermético. De esta manera se pueden conservar hasta 3 años en perfecto estado.
Para secarlas, simplemente hay que extenderlas al aire hasta que tengan un tacto y un aspecto similar a una piedra pequeña. Si se quiere acelerar el proceso se pueden usar esterillas calefactoras o máquinas deshidratadoras. Hay que tener en cuenta que las dosis de trufas secas y trufas frescas es diferente, así que es necesario hacer ajustes para conocer la dosis con precisión.
Cada paquete contiene entre 15 gr. de trufas Hollandia.
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